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Hoy en día, la esperanza de vida es superior a la de generaciones pasadas y esto supone un reto tanto para las personas como para la salud pública.
De hecho, el envejecimiento, se define como un deterioro gradual y progresivo de los síntomas y de los órganos.
El ejercicio físico junto con una alimentación equilibrada y la ausencia de tóxicos hacen que la edad biológica sea inferior a la edad cronológica.
Uno de los problemas que surgen al hablar del envejecimiento consiste en fijar cuando empieza. En recientes estudios se ha demostrado que los condicionantes de salud y de enfermedad se establecen durante la etapa fetal. O incluso antes. Es decir, durante la programación fetal. Hay tres factores a tener en cuenta y estos son los nutricionales, los medioambientales y el estilo de vida. Destacando el ejercicio físico que realiza la madre antes y durante el embarazo.
Otro enfoque es situar el envejecimiento en la edad adulta. Uno de los factores que más influye es la práctica de la actividad física.
Cada etapa de la vida se vincula a una institución. Por ejemplo, la guardería, el colegio, el instituto, FP o universidead, lugar de trabajo y de ocio, hogar y residencia para mayores. Y resulta muy importante que desde todas las instituciones se promueva la actividad física de intesisdad moderada a vigorosa. Reduciendo así, el sedentarismo.
A partir de los 65 años, además, hay que trabajar el equilibrio y la fuerza.
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